Paradójicamente, en Europa las granjas tienen un máximo de 500 a 1000 vacas.  Y en Francia, por ejemplo, el gobierno ha impedido la instalación de una granja de mil vacas, para proteger a la inmensa mayoría de los ganaderos, que regentan explotaciones pequeñas y medianas de carácter familiar, precisamente a las que atacaría directamente la macrogranja que quieren instalar en Noviercas. 

En contra de la macrogranja además hay cuestionamientos sobre cambio climático: una contradicción a las agendas del gobierno español frente a la agenda del cambio climático a nivel global. La Asociación Hacendera ha mostrado su profunda preocupación por los daños ambientales, socioeconómicos y del bienestar animal que la macrogranja llevará consigo.  Como posibles daños ambientales citan el enorme consumo de agua que se necesitará para el mantenimiento, la posible contaminación de acuíferos por los purines y digestato (o residuos que se generan a partir de la digestión anaeróbica) de las vacas, así como la expulsión a la atmósfera de grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Desde el punto de vista económico, temen que desaparezcan la mitad de los pequeños negocios familiares y se destruyan más empleos de los que se dice que creará. Y a nivel país, la gran oferta de la macrogranja podrá desplomar el precio de la leche, amenazando así a cientos de productores en todo España [6].  Le llaman una “ganadería depredadora”[5] no solo a nivel ambiental, sino también social y económico.  Este es solo uno, aunque tal vez el mayor, de macrogranja animal o CAFO en territorio español.

-La macrogranja produciría 200.000 toneladas de leche al año y crearía unos 150 puestos de trabajo directos.

-Se necesitarían de seis a ocho millones de agua diarios, lo que pondría en peligro los acuíferos de Moncayo y entraría en competencia con los campos de regadío de la zona.

-Uno de los puntos más polémicos de la explotación son los residuos orgánicos generados por la macrovaquería. En el proyecto se declara una producción de purines de 566.663 metros cúbicos al año o 368.311 toneladas anuales. Esto supone una media de 15,6 toneladas anuales por cada uno de los 23.520 animales. El Ministerio considera que una vaca adulta produce 20,2 toneladas anuales y un ternero unas 2,2.