En 1956 la empresa Aluminum Company of America (ALCOA) solicitó un permiso de exploración de bauxita en el Valle del General en el cantón de Pérez Zeledón (San José). Hasta 1968 la empresa exploró las tierras sureñas y los primeros en reaccionar y protestar fueron los mismos vecinos de la zona (campesinos principalmente). En 1964, la empresa y el gobierno firmaron un contrato administrativo en el que el Estado otorgó a la empresa una concesión exclusiva para la explotación de ciento veinte millones (120.000.000) de toneladas métricas de bauxita seca por cinco años.
En 1970, ALCOA y el gobierno decidieron negociar un contrato-ley (figura donde la transnacional tiene más poder que el poder legislativo) para la instalación de una planta transformadora de la bauxita en alúmina (etapa previa a la obtención del aluminio). El 24 de abril de ese mismo año, la Asamblea Legislativa (a excepción algunos diputados) votaron a favor del contrato con la empresa. Ese mismo día, grupos juveniles -quienes desde hace meses venían estudiando el contrato con la empresa apoyando a las comunidades locales- junto con organizaciones religiosas, cívicas, grupos de maestros y colegiales y militantes del antiguo Partido Vanguardia Popular tomaron la Asamblea Legislativa. Nace el Frente Nacional de lucha contra Alcoa.
Los estudiantes habían creado un informe/reporte con el estudio del contrato repudiando la presencia de ALCOA en la zona que entregaron a la Asamblea Legislativa.
Los manifestantes alegaban la violación a la soberanía nacional y riesgo de daño ambiental.
Ese mismo 24 de abril de 1970, afuera de la Asamblea Legislativa, hubo un enfrentamiento entre estudiantes y opositores con la guarda nacional. Muchos fueron arrestados y golpeados.
En 1975, ALCOA se retira del país y en 1976 la ley que cedía los permisos quedó derogada en su totalidad. Estudiosos y académicos afirman que esta lucha fue el nacimiento del movimiento ecologista costarricense.Una victoria para la Justicia Ambiental. A 40 años de ALCOA, Roberto Salom, vicerrector de Acción Social de la Universidad de Costa Rica afirmó que “el movimiento estudiantil fue el detonante y componente principal para alzar la voz contra una contratación leonina con ALCOA y que hubiese sido de efectos depredadores para el país”.
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