La expresión "infierno ambiental" la usó el ecólogo Victor Toledo en 2019 cuando brevemente fue Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales y advirtió que persisten en el país “infiernos ambientales” que afectan severamente la salud de la población, específicamente en seis regiones del país donde se alcanzan, dijo, niveles extremos de contaminación en suelo, agua y aire. Estas regiones son : Tula, Hidalgo; El Salto y Juanacatlán, Jalisco; Cuenca Independencia, en Guanajuato; El Río Atoyac en Puebla y Tlaxcala, y en Coatzacoalcos. En esta ficha nos ocupamos del caso del Río Atoyac que es contaminado por 50 municipios de Tlaxcala y Puebla, que descargan sus aguas residuales al aire libre y por al menos mil industrias que no cuentan con plantas de tratamiento o no funcionan adecuadamente, y ello ha ocasionado que este afluente tenga al menos 25 sustancias nocivas y sea un foco de infección. Dentro de los principales causantes de contaminación se encuentran las ocasionados por descargas de compañías textiles, alimenticias, químicas y petroquímicas, de bebidas, metalmecánicas, automotrices y de autopartes y productoras de papel. (2) Debe ser caracterizado como un problema de contaminación química industrial y falta de saneamiento de desechos municipales y también, a la vez, como un gravísimo problema de salud pública ambiental (3). Han sido organizaciones de la sociedad civil, ambientalistas locales, las que con sus denuncias lograron una decisión favorable de la CNDH en 2017 (que no se ha implementado totalmente).
En 2000, la Pastoral Social de la Diócesis de Tlaxcala realizó, con asesoría de profesionistas, un diagnóstico participativo sobre violaciones de derechos humanos en el Estado de Tlaxcala, mediante el cual se detectó que en las comunidades aledañas al Río Atoyac los casos de cáncer y leucemia habían aumentado. En 2002 se conformó la Coordinadora Por un Atoyac con Vida, una asociación cívico-eclesial que inició las denuncias sobre la grave situación de contaminación del río. (5)
La Coordinadora impulsó la realización de estudios sobre las condiciones del agua por parte de universidades y centros de investigación. Con los resultados y testimonios de diversas comunidades de la cuenca, realizaron visitas a las autoridades municipales de Tepetitla y Nativitas, quienes negaron la problemática y minimizaron sus efectos. (5)
Frente a la negativa de las autoridades de garantizar el derecho humano a la salud, a un medio ambiente sano, al saneamiento del agua, entre otros, en marzo de 2006 acudieron al Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) que sesionó en la Ciudad de México, presentando como pruebas los estudios realizados y sus actualizaciones. El veredicto del Tribunal fue a favor de los afectados, señalando la responsabilidad de todas las industrias del Corredor Industrial Quetzalcóatl de contaminar el Atoyac, así como la negligencia de autoridades locales, estatales y federales en el caso, que fue catalogado como “un grave desastre ambiental y social”. (5)
La Cuenca Atoyac, así como la Presa Valsequillo, son las regiones más contaminadas en la zona, de acuerdo con el diagnóstico de 2012 - 2020 de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Esto incluye los ríos afluentes como el Zahuapan, Xochiac, Atenco y las barrancas Atlapitz y Honda.
Una de las soluciones planteadas por las autoridades ha sido la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales.Además, se han firmado acuerdos y se han otorgado recursos para recuperar el río Atoyac y la presa de Valsequillo. El último fue un convenio entre el gobierno federal y los estatales de Puebla y Tlaxcala, como una respuesta ante la recomendación por daños que emitió la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) desde 2017.
Por más de 30 años, colectivos, universidades y asociaciones civiles han registrado la pérdida de biodiversidad y las enfermedades como cáncer, anemia e insuficiencia renal, consecuencia de la exposición a químicos cancerígenos y neurotóxicos. Pero a pesar de la información, los sectores coinciden que hasta la fecha no hay soluciones vigentes efectivas. (6)
Aguas de mezclilla y otros daños. Si se busca documentación sobre cuáles son los impactos de la contaminación industrial en el río Atoyac, hay registros de daños ambientales y a la salud desde principios del 2000. Aunque el antecedente está en la década de los 90 con el auge de corredores industriales más sofisticados.
Desde las pequeñas hasta las grandes industrias han edificado a lo largo del río. La industria automotriz, que fue pionera desde los años 80 con la Planta de Volkswagen en Puebla, despertó el interés de otros giros como los textiles, petroquímicos y farmacéuticos.
Actualmente se estiman 2 mil 15 unidades económicas por giro industrial, de acuerdo con la recomendación de la CNDH. Algunas de las enlistadas son las textiles Skytek y Globaltex; la refresquera Big Cola; la química y farmacéutica Bayer. (6).
A 20 minutos del río, San Martín Texmelucan se ha convertido en una región de textiles, pinturas y petroquímicos, donde la mezclilla ocupa el centro de la producción. Pero, así como inició la fabricación de pantalones, empezaron los derrames de residuos para teñir la ropa.
El color de las aguas, tan azules como la mezclilla, llevó a que investigadores de la UNAM a analizar que el corredor emite altas concentraciones de cloroformo, diclorometano, zinc, cromo, aluminio y níquel.
Las preocupaciones se incrementaron cuando los estudios evidenciaron enfermedades como anemia hemolítica e insuficiencia renal en mujeres, niños y niñas. (6).
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