El río Júcar (Xúquer) se nutre del acuífero sobre-explotado de la Mancha (en Albacete). Aparece en el EJAtlas por el conflicto de la central nuclear de Cofrents, y podría aparecer por la "pantanada de Tous", la inundación que el 20 de octubre de 1982 afectó a la cuenca baja del río debido a la rotura de la presa de Tous. El río desemboca en la Albufera, donde hay también otros conflictos socio-ambientales. La Albufera está irremediablemente ligada al futuro del río, ya que el Júcar representa más del 80% de las aportaciones a la Albufera y, sin un buen estado del río, será imposible el buen estado de la Albufera. En esta ficha describimos el movimiento social que desde el año 2003 defiende con éxito el agua del río y su caudal ecológico contra los intentos de trasvase. Son distintos colectivos los que defienden un río vivo, un Xúquer Viu, al «poner de manifiesto la fragilidad de nuestras masas de agua y la necesidad de estar vigilantes ante todas las agresiones que por intereses económicos ponen en peligro el futuro del Xúquer y de la Albufera».
La plataforma u organización Xúquer Viu es muy activa. En 2022 insiste en que los caudales ecológicos para el Xúquer son insuficientes, ya que las modificaciones propuestas en 2022 no llegan a compensar la pérdida de caudales provocados por la modernización de regadíos. Especialmente preocupante es la situación del actual en los tramos de Antella, Sueca, Cullera y la desembocadura. En mayo 2022 la plataforma pedía que se preserven los ecosistemas del río Júcar y la Albufera de Valencia para que "no se conviertan en una cloaca". Así lo destacó el portavoz Paco Sanz, quien mostró su satisfacción ante la decisión del Gobierno de no haber trasvasado agua del río Júcar a Almería a través de una concesión en la Acequia Real. "No podemos vender nuestro agua, es inaceptable porque son ecosistemas que ya están bastante sobreexplotados".
En su origen, antes de ese intento actual de trasvase, ya se planteó el trasvase Xúquer-Vinalopó que fue incluido en en el Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar de 1998 y en el Plan Hidrológico Nacional de 2001. En 2005, el Ministerio de Medio Ambiente y tras una fuerte movilización y una gran manifestación en Sueca el 28 de Mayo-potenciada por Xúquer Viu- consiguieron que el trasvase cambiara el punto de toma de aguas de Cortés de Pallàs- más de 100 km de la desembocadura- al Assut de la Marquesa- último punto de captación de aguas para usos agrarios en la cuenca cedente y situado a 3 Km de la desembocadura del Júcar (Cullera)
En 2014, Graciela Ferrer (secretaria de Xúquer Viu) escribía: "Tal como alertamos desde Xúquer Viu durante los últimos meses, la redacción definitiva del Plan Hidrológico de Cuenca de la Demarcación Hidrográfica del Júcar, conocida a mediados de marzo, deja la puerta abierta de par en par a una segunda toma de aguas por trasvase Júcar-Vinalopó, aguas arriba del Azud de la Marquesa, para facilitar a la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, Alacantí y el Consorcio de la Marina Baja la especulación con el agua del Júcar. El protocolo de colaboración firmado recientemente por la Generalitat y el ministerio muestra que apuestan por contentar al lobby del agua alicantino frente la necesidad de garantizar la recuperación del Júcar y el desarrollo de La Ribera".
A pesar de ello, los años que han pasado han estado llenos de novedades jurídicas y de nueva información sobre el estado ecológico del río. Además se ha hecho patente la necesidad de evaluar de manera integrada el impacto de estas infraestructuras sobre el Parque Natural de la Albufera. En estos años ha cambiado sensiblemente el contexto en el que se tomó aquella decisión, y como en la mayoría de los casos, las soluciones técnicas no son buenas ni malas en sí mismas (según opina la plataforma Xúquer Viu), sino que son adecuadas o no al contexto en el que se aplican y con relación a la evolución del progreso técnico que ofrece alternativas de actuación. Así, un concepto bastante sencillo se ha hecho cada vez más claro: si queremos que el agua siga siendo un recurso renovable debemos asegurar el buen funcionamiento de su ciclo ecológico. Es decir, debemos mantener un buen estado ecológico de los acuíferos y de los ríos: necesitamos ríos vivos para asegurar el acceso al agua tanto en el presente como en el futuro. Y eso es exactamente lo contrario a lo que supondría la ejecución de esta transferencia de aguas a Almería que se propone en 2022. . En definitiva, estas nuevas circunstancias, unidas a otras, como la determinación de los auténticos costes del agua (muy superiores a los previstos), determinan la inviabilidad de un trasvase que se debe derogar, y empezar a trabajar en torno a otras alternativas más sostenibles para el Vinalopó y para el Júcar.
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